
No obstante, son más los productos y servicios que tienden a verse impactados por una economía inestable. Y ante dicha circunstancia algunas empresas optan por hacer reducciones dramáticas en su gasto de marketing y publicidad. Gran error!!!!!
Recortar la publicidad en tiempos de crisis es un error, porque de todas formas los clientes sigue consumiendo. Es como parar el reloj para tratar de detener el tiempo. Aunque el consumo baje, las marcas que el consumidor más recordará cuando pase la crisis serán aquellas que mantuvieron su publicidad.
Está comprobado que los anunciantes que mantienen el apoyo a sus marcas en una economía débil o inestable, una vez pasada una crisis económica, salen a flote con mayor rapidez y alcanzan oportunidades de crecimiento superiores a aquellos que escogen recortar el apoyo a sus marcas en pos de mantener, a corto plazo, resultados financieros símiles a tiempos de estabilidad o bonanza económica.
Es cierto que en tiempos difíciles algunos anunciantes harán sus ajustes, tomando medidas para que sus productos se mantengan competitivos. Todos tenemos que conocer mejor que nunca, cómo mantener nuestras marcas relevantes ante una competencia mucho más agresiva; por ello, es sensato que las agencias de publicidad presenten, y sus clientes adopten, ideas que resuenen en la mente del consumidor.
Puesto que respiramos y vivimos para hacer publicidad creativa para nuestros clientes, lograr esto no es un impedimento, sino un gran reto en estos momentos.
Hay que cuidar, hacer ajustes dramáticos en los precios como opción, para reponer el volumen perdido a expensas de dedicar recursos de publicidad y promoción balanceados para apoyar una marca. Cuando el precio se convierte en la razón principal de selección, el consumidor tiende a perder con prontitud el respeto por los valores de superioridad de una marca, convirtiéndose ello en un obstáculo para recuperar la rentabilidad deseada cuando el precio ya no sea un “issue” en una economía recuperada, abriéndole la puerta a aquellos que mantuvieron su balance.
Quienes ponderan recortar dramáticamente los presupuestos publicitarios en estos momentos, para cumplir con las obligaciones financieras, deben pensar que lo importante en tiempos de crisis debe ser ganar la guerra, no la batalla.
La meta final debe ser que los productos sigan siendo los preferidos de los consumidores una vez la situación económica se estabilice. Hay que favorecer decisiones de mercadeo estratégico por encima de aquellas puramente financieras. Hoy, más que nunca, hay que invertir en publicidad. Tener “top of mind”.
Es un error pensar que en una época de recesión hay que recortar publicidad. Hay que racionalizar los gastos y volverse mucho más rígido y más disciplinado con respecto a qué se gasta y qué ingresos se reciben con lo que se hace. Es un error dejar que el consumidor camine sin guía, sin dirección entre las marcas.
Fuente: Por Hermann von der Meden
Está comprobado que los anunciantes que mantienen el apoyo a sus marcas en una economía débil o inestable, una vez pasada una crisis económica, salen a flote con mayor rapidez y alcanzan oportunidades de crecimiento superiores a aquellos que escogen recortar el apoyo a sus marcas en pos de mantener, a corto plazo, resultados financieros símiles a tiempos de estabilidad o bonanza económica.
Es cierto que en tiempos difíciles algunos anunciantes harán sus ajustes, tomando medidas para que sus productos se mantengan competitivos. Todos tenemos que conocer mejor que nunca, cómo mantener nuestras marcas relevantes ante una competencia mucho más agresiva; por ello, es sensato que las agencias de publicidad presenten, y sus clientes adopten, ideas que resuenen en la mente del consumidor.
Puesto que respiramos y vivimos para hacer publicidad creativa para nuestros clientes, lograr esto no es un impedimento, sino un gran reto en estos momentos.
Hay que cuidar, hacer ajustes dramáticos en los precios como opción, para reponer el volumen perdido a expensas de dedicar recursos de publicidad y promoción balanceados para apoyar una marca. Cuando el precio se convierte en la razón principal de selección, el consumidor tiende a perder con prontitud el respeto por los valores de superioridad de una marca, convirtiéndose ello en un obstáculo para recuperar la rentabilidad deseada cuando el precio ya no sea un “issue” en una economía recuperada, abriéndole la puerta a aquellos que mantuvieron su balance.
Quienes ponderan recortar dramáticamente los presupuestos publicitarios en estos momentos, para cumplir con las obligaciones financieras, deben pensar que lo importante en tiempos de crisis debe ser ganar la guerra, no la batalla.
La meta final debe ser que los productos sigan siendo los preferidos de los consumidores una vez la situación económica se estabilice. Hay que favorecer decisiones de mercadeo estratégico por encima de aquellas puramente financieras. Hoy, más que nunca, hay que invertir en publicidad. Tener “top of mind”.
Es un error pensar que en una época de recesión hay que recortar publicidad. Hay que racionalizar los gastos y volverse mucho más rígido y más disciplinado con respecto a qué se gasta y qué ingresos se reciben con lo que se hace. Es un error dejar que el consumidor camine sin guía, sin dirección entre las marcas.
Fuente: Por Hermann von der Meden
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